¿Cómo funciona la energía de biomasa?

La biomasa es el término científico atribuido a algo bastante simple: energía generada a partir de elementos presentes en la naturaleza. La energía de biomasa se crea con cualquier material vegetal o animal, como cultivos o estiércol. Todos estos materiales tienen algo en común: son orgánicos, lo que quiere decir que han obtenido energía química del sol de manera natural. Conoce todas las características de la energía de biomasa siguiente este enlace.

La industria ganadera y agrícola, los centros educativos, los centros de salud, los municipios, y casi cualquier sector de la sociedad, generan millones de toneladas de desechos cada año.

La energía de biomasa aprovecha de manera productiva todos estos desechos para crear electricidad, calor e incluso combustibles alternativos y respetuosos con el medio ambiente.

Se trata de una fuente de energía renovable porque el dióxido de carbono y el agua liberados durante el proceso de generación de energía pueden utilizarse para cultivar plantas y comenzar nuevamente el ciclo de vida. Conoce más sobre las ventajas y desventajas de la energía de biomasa en el siguiente enlace.

Los investigadores han probado que el uso de biomasa no solo reduce la dependencia de los combustibles fósiles, como el petróleo, sino que además contribuye a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero. Existen diversas formas de producir biomasa, las cuales explicaremos a continuación.

¿Cómo se genera energía eléctrica, térmica y combustibles con la energía de biomasa?

Biodigestión

También conocido como “digestión anaeróbica”, este proceso implica la descomposición del material orgánico por la acción de las bacterias en ausencia de aire. Los gases más comunes generados por este proceso son el metano y el dióxido de carbono.

La duración de la digestión anaeróbica y su intensidad están directamente relacionados con la temperatura y el pH de la materia orgánica, también conocida como materia prima.

Combustión

Este mecanismo incluye la quema de materia orgánica para liberar energía térmica. Si posees una chimenea en casa y has quemado leña, ya has utilizado la biomasa como combustible.

Todo el material orgánico que representa la biomasa puede quemarse para calentar hogares, edificios, agua, procesos industriales e incluso para generar electricidad mediante turbinas de vapor.

Fermentación

El proceso de fermentación incluye el uso de microorganismos, bacterias y enzimas para descomponer el material orgánico en múltiples combustibles o en biogás. El biogás puede utilizarse como combustible para vehículos, para producir calor, en turbinas eléctricas, como gas natural e incluso para producir etanol.

Además, el biogás generado a partir de la biomasa puede utilizarse como digestato, un producto que contiene elementos como el nitrógeno, el potasio y el calcio, y sirve como fertilizante natural.

Con el uso de levadura, la biomasa puede convertirse en etanol (alcohol). Este mecanismo es apropiado cuando los desechos orgánicos poseen altos niveles de agua o azúcar como, por ejemplo, los residuos de la industria agrícola.

Gasificación

Este mecanismo convierte la biomasa en hidrógeno, dióxido de carbono y monóxido de carbono a través del calor. A diferencia de la combustión, este proceso no incluye la quema de residuos. En vez de ello, se utilizan cantidades moderadas de oxígeno o vapor.

A través de motores de combustión interna, se produce una combinación de gases, conocida como gas de síntesis, que se utiliza para generar calor, energía eléctrica y para impulsar vehículos diésel o híbridos.

Pirólisis

En este proceso, la biomasa se descompone en ausencia de oxígeno y a altas temperaturas. Bajo estas condiciones, los residuos se convierten en bioaceite, carbón vegetal, hidrógeno y metano, entre otros materiales.

Muchas empresas aplican esta tecnología para proporcionar electricidad y calor de manera respetuosa con el medio ambiente.

Algunas organizaciones utilizan un proceso conocido como “hidrotratamiento”, que consiste en utilizar el bioaceite generado durante el proceso de pirólisis y mezclarlo con el hidrógeno para producir combustible renovable para vehículos y aviones.

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