10 Fuentes de energías renovables y no renovables

Además de los seres vivos, las máquinas y ciertos procesos industriales necesitan energía para funcionar. Una gran cantidad de sustancias químicas almacenan energía que les permite impulsar algún tipo de objeto o sistema.

Por ejemplo, la gasolina almacena la energía suficiente para impulsar el motor de un vehículo. Existen dos tipos de energías: las renovables, que pueden reutilizarse o reciclarse, y las no renovables, cuyo suministro es limitado y pueden agotarse en algún momento.

Es importante aclarar que, si bien las fuentes de energía renovable ofrecen un suministro inagotable, existen ciertos factores que pueden afectar su disponibilidad. Por ejemplo, aunque el sol es aprovechable durante el día, si llueve o está nublado, su capacidad disminuye.

No obstante, los expertos trabajan en soluciones de almacenamiento de energía, como las baterías solares, que permiten recolectar la electricidad para tener una mejor capacidad de suministro, especialmente si la demanda energética aumenta. Puedes conocer las características completas de las energías renovables siguiendo este enlace.

Aunque existen múltiples diferencias entre las energías renovables y no renovables en términos de usabilidad y rendimiento, las fuentes de energía no renovables representan una amenaza para el planeta.

Este tipo de energías, representadas en los combustibles fósiles, se producen mediante la quema de gases contaminantes que impulsan el cambio climático. Ante este escenario, las fuentes de energía alternativas han surgido como una luz al final del túnel para reducir los gases de efecto invernadero.

A continuación, encontrarás los principales ejemplos de cada una de estas fuentes de energía.

Fuentes de energía renovables

Energía solar

Esta fuente de energía se obtiene mediante la captación de la radiación del sol. Durante este proceso, la energía fotovoltaica es absorbida por una serie de células conectadas a paneles solares, los cuales se encargan de retransmitir la energía a un generador eléctrico.

Existe otro módulo de funcionamiento permite captar y transformar la luz solar en energía térmica (calor) para sistemas de calefacción de agua y aire.

Energía eólica

La energía eólica se produce por la acción de las masas de aire, las cuales hacen girar una turbina y crean energía mecánica (movimiento). Luego, un generador conectado a esta turbina transforma el movimiento en energía eléctrica.

Para aprovechar mejor las condiciones del viento, las turbinas eólicas pueden instalarse en la superficie terrestre, dentro del mar y en sistemas flotantes.

Energía geotérmica

Este recurso natural proviene del calor que existe en el interior de la Tierra por la descomposición de materiales radiactivos. Mediante sistemas especiales de captación y bombeo, las aguas calientes del subsuelo pueden proporcionar vapor para impulsar sistemas de calefacción domésticos o generar directamente energía eléctrica.

Energía hidroeléctrica

Si alguna vez has visto una represa, entenderás cómo funciona una planta de energía hidroeléctrica. En esencia, estas instalaciones transforman la energía cinética de las represas, ríos y corrientes marinas, en energía mecánica.

¿Cómo? A través de turbinas, las cuales captan la fuerza de las caídas del agua (cascada) y utilizan generadores para convertirla en corriente eléctrica.

Energía mareomotriz

La energía mareomotriz permite generar energía eléctrica a partir de la acción de las mareas. Esto puede lograrse mediante sistemas de energía que aprovechan la diferencia que existe entre la marea alta y la marea baja, y utilizan presas para bloquear el retorno del agua durante el reflujo.

Cuando la marea está baja, el agua se libera de la presa y se envía a una turbina que genera energía eléctrica.

Energía undimotriz

La energía undimotriz se obtiene a partir de la energía mecánica generada por las olas marinas. Se trata de una fuente de energía prometedora para el futuro, debido la facilidad con la que pueden predecirse los procesos marinos y a la capacidad de combinarla con las plantas eólicas para obtener energía sustentable.

Biomasa

La biomasa es un tipo de energía que se forma a partir de materia orgánica que contiene energía. Esta materia orgánica puede ser animal o vegetal, y su combustión permite generar energía renovable y no contaminante.

La biomasa puede ser quemada para producir calor, puede someterse a descomposición para generar biogás, o puede servir de combustible natural.

Biodiésel

También llamado “biocombustible”, este recurso energético se obtiene de fuentes renovables, como los restos de animales y vegetales (biomasa).

A diferencia de los combustibles fósiles, como el petróleo, su producción no genera gases de efecto invernadero. Se utiliza principalmente para impulsar motores diésel.

Biogás

El biogás se produce por la descomposición de la materia orgánica en un ambiente libre de oxígeno. Allí, la acción de los microbios y bacterias genera una mezcla gaseosa que puede aprovecharse en la producción de abono orgánico, gas natural y para impulsar vehículos.

Combustible de hidrógeno

El combustible de hidrógeno se produce mediante un proceso llamado electrólisis, que consiste en la descomposición de las moléculas de agua para separar el hidrógeno del oxígeno.

Este tipo de energía es altamente versátil, debido a que puede producirse en forma gaseosa o líquida, transformarse en energía eléctrica e incluso servir como combustible natural para vehículos.

Fuentes de energía no renovables

Energía nuclear

La energía nuclear se crea a partir de la fisión nuclear, un proceso que incluye la división de los átomos de uranio para liberar su energía interna. La energía liberada se utiliza para calentar agua y generar vapor, el cual se usa para impulsar turbinas y un generadores eléctricos.

Carbón

Es un combustible fósil y en estado sólido utilizado comúnmente para la generación de energía en plantas nucleares y para impulsar sistemas domésticos de calefacción. Se origina en terrenos fosilizados que yacen bajo superficies sedimentadas. El tratamiento de este combustible genera dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero.

Petróleo

Conocido popularmente como “oro negro”, o el “crudo”, este combustible fósil yace en las rocas que se ubican bajo la superficie terrestre y se obtiene mediante el bombeo de pozos. Sus aplicaciones principales incluyen la producción de gasolina y plástico, dos elementos altamente contaminantes para los ecosistemas de nuestro planeta.

Gas natural

Esta fuente de energía no renovable puede encontrarse en los depósitos petroleros que se ubican en el subsuelo. Su extracción se realiza través de un proceso de bombeo similar al utilizado para obtener petróleo.

Su principal componente es el metano, y se utiliza principalmente para impulsar sistemas de calefacción, para cocinar y como combustible para vehículos.

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